Las comuneras de París

París, 1871. Francia ha caído derrotada en la guerra franco-prusiana y este acontecimiento marcará el final del II Imperio y el inicio de la III República. Sin embargo, antes ha de ocurrir un hecho histórico que cambiará el rumbo de las luchas populares: la Comuna de París. En esta magnífica experiencia, destinada desde el principio a la tragedia, las mujeres tuvieron una participación inédita. Además de proporcionar alimentos a los combatientes, colaborar en improvisados hospitales y coser uniformes, las femmes de París también fabricaron municiones, formaron sus propios batallones, fundaron periódicos, crearon cooperativas de trabajo y sindicatos para mujeres y participaron activamente en los clubes políticos. En este marco además, existió y perdura hasta hoy en la memoria popular, un grupo de comuneras que se dedicaron a la quema de edificios públicos y símbolos de la república burguesa: las petroléuses. Muchas mujeres sindicadas como incendiarias fueron deportadas, condenadas a trabajos forzados o ejecutadas. Junto a la mítica Louis Michel, a Elizabeth Dimitrieff, a André Leó, a Blanche Lefebvre, miles de mujeres anónimas dieron su corazón a la gran causa de una sociedad más justa e igualitaria para todos.